“Yo te perdí una tarde de Abril y desde entonces soy un lagarto”, decían Family en su emotivo Un soplo en el corazón. Yo me acabo de enterar de que tú nos has dejado hace unas horas. Eres el primer coetáneo allegado al que veo partir. Me siento muy apenado a la par que perplejo. Eras demasiado joven para dejar esta vida.
Aunque hace tiempo que nuestras biografías se separaron, siempre guardaré en mi memoria y en mi corazón, aquellas horas que pasábamos en la facultad, con la música como motor de nuestras conversaciones. Tu eclecticismo me sorprendía en aquellos momentos, por lo que era gratificante cuando conseguía conquistar tu atención con alguna de mis recomendaciones. Nunca olvidaré cómo me agradeciste que te introdujese en el fantástico universo sonoro de los Pixies. Es de las mejores cosas que se le pueden decir a un proveedor de sensaciones pop como yo.
Como sentenciaste una vez, la música es mucho más que una afición: es una pasión. Por ello, no se me ocurre mejor manera de homenajear tus Ray-Ban y a tu buen corazón que con una canción de los Pixies que te recuerdo tararear. A partir de ahora, siempre llevará tu estampa. Espero que estés en ese cielo sonriente y con sombrero de Sergio Algora. Descansa en Paz y hasta siempre, amigo.