sábado, 31 de mayo de 2008
Rompiendo las olas: Miracle fortress – Beach baby vs Poetatster
Los Beach boys hacían canciones pop sencilla pero llenas de hedonismo y vitalidad, para celebrar la conquista de una ola o cómo la brisa acariciaba los bikinis californianos. Sin embargo, también fueron capaces de crear himnos de belleza melancólica, más propicios para ver la puesta del sol en la playa, mientras observas a la chica de tus sueños (posiblemente de la mano de otro más bronceado, musculado o incluso dotado para las artes amatorias). Así llegaría esa obra maestra llamada Pet sounds, disco reverencial y de interminable influencia.
“Tú y yo lo sabíamos”- Seguro que piensa Graham Van Pelt, compositor de los canadienses Miracle fortress, que por lo que atestigua su debut, ha pasado largas horas escuchando el trabajo cumbre de Brian Wilson y sus chicos. Junto con Panda Bear, han sido los alumnos aventajados del Pet sounds, pero mientras que el estadounidense retuerce y esconde las melodías con sus paranoicas mezclas, los canadienses son menos ariscos y más agradecidos con el oído; psicodelia sedante que te envuelve y se apodera de tu mente.
Beach baby empieza con las olas susurrando de fondo, mientras la melodía (tan cercana al wouldn’t it be nice) te va rociando poco a poco hasta atraparte en un auténtico baño de belleza sonora. Anonadado, tu mente sólo se pregunta por qué los recopilatorios del Café del Mar, se dejan fuera gozadas como ésta.
El resto del álbum no tiene desperdicio y su búsqueda continua de la belleza acaba culminando en maravillas como poetaster.
domingo, 25 de mayo de 2008
Canciones para un cowboy espacial II: Grandaddy Jed's other poem (beautiful ground)
En la emocionante babyface in a pickup truck de the dust dive, hay una frase que me llama la atención: “people called you the space cowboy”. Por algún extraño mecanismo de mi subconsciente, este apelativo me lleva a esos dos grandes mitos del pop con tendencia a mirar al espacio como son Sparklehrose y Grandaddy. No sé quién llegó primero, ni si el uno inspiró al otro, pero lo que es una realidad es que desde principios de los 90 han llevado carreras paralelas, con similitudes sonoras (más cerca del Folk sparklehorse y del indie grandaddy) y, sobre todo, con un alto nivel compositivo.
Durante los últimos años he sido injusto con Grandaddy. Entraron con fuerza en mi biografía en los 90 con dos grandes discos: Under The Western Freeway y The Sophtware Slump . Grandes melodías, teclados que saturaban de un sonido flotante las canciones y momentos de escapismo shoegazer (como la enorme laughing stock) eran los ingredientes de ese pop psicodélico que podía emparentarse con los discos más pop de mercury rev o flamming lips. Tengo también un grato recuerdo de su concierto en Caracol, donde nos hicieron viajar con su sonido ensoñador. Después, sin saber muy bien por qué, me olvidé de ellos hasta que en el 2006 publicaron su canto del cisne: el estupendo Just Like The Fambly Cat. Volviendo de nuevo a su discografía, te das cuenta de que, sin trascender a nivel mediático, ha sido un grupo que siempre te ha dado una muy buena dosis de indie pop en cada una de sus entregas.
Jed's other poem (beautiful ground) es una canción sobre un perdedor, por lo que, aunque se trate con humor, tiene un fondo melancólico . También tiene ese sonido marca de la casa que te hace flotar y perderte en esas neblinas de teclados y guitarras donde el camino de la belleza y tristeza se entrecruzan.
Canciones para un cowboy espacial: Sparklehorse - Someday I'll treat you good
En la emocionante babyface in a pickup truck de the dust dive, hay una frase que me llama la atención: “people called you the space cowboy”. Por algún extraño mecanismo de mi subconsciente, este apelativo me lleva a esos dos grandes mitos del pop con tendencia a mirar al espacio como son Sparklehrose y Grandaddy. No sé quién llegó primero, ni si el uno inspiró al otro, pero lo que es una realidad es que desde principios de los 90 han llevado carreras paralelas, con similitudes sonoras (más cerca del Folk sparklehorse y del indie grandaddy) y, sobre todo, con un alto nivel compositivo.
Sparklehorse (o Mark Linkous) parten de una base de pop psicodélico con aroma Folk, lleno de matices ocultos entre ruidos pregrabados, teclados de juguete o micrófonos distorsionados que le dan un aire misterioso a sus melancólicas composiciones: melodías ensoñadoras llenas de esa belleza alidada con la tristeza, que tan emotivos resultados provoca en la música.
Sin embargo, Linkous también ha escuchado a esos compatriotas suyos, como pixies , que usan las guitarras para expresar toda la rabia que llevan dentro. Por ello, entre tanta balada espacial, encontramos algunos interludios agitados y enérgicos que debemos situar entre lo mejor del indie de los 90. Piano fire, happy man o esta someday I'll treat you good muestran esta otra cara de Sparklehorse, demostrando que el talento y la pasión suelen llevarnos a lugares en el que el disfrute es superlativo. Con ella cerró su concierto en Joy en el 2006 y se ganó la inmortalidad en nuestros corazones.
Sparklehorse (o Mark Linkous) parten de una base de pop psicodélico con aroma Folk, lleno de matices ocultos entre ruidos pregrabados, teclados de juguete o micrófonos distorsionados que le dan un aire misterioso a sus melancólicas composiciones: melodías ensoñadoras llenas de esa belleza alidada con la tristeza, que tan emotivos resultados provoca en la música.
Sin embargo, Linkous también ha escuchado a esos compatriotas suyos, como pixies , que usan las guitarras para expresar toda la rabia que llevan dentro. Por ello, entre tanta balada espacial, encontramos algunos interludios agitados y enérgicos que debemos situar entre lo mejor del indie de los 90. Piano fire, happy man o esta someday I'll treat you good muestran esta otra cara de Sparklehorse, demostrando que el talento y la pasión suelen llevarnos a lugares en el que el disfrute es superlativo. Con ella cerró su concierto en Joy en el 2006 y se ganó la inmortalidad en nuestros corazones.
sábado, 24 de mayo de 2008
The Zebras en España
Anoche, en una muy agradable conversación sobre esta gran pasión que es la música, me contaron una entrañable anécdota sobre los australianos the zebras. Tras su buena actuación en el Nasti de hace dos años, el público acudió al puesto a comprarse su debut (worry a lot, entre mis favoritos del 2006-2007), pero, lamentablemente, todas las copias se habían vendido en Barcelona. El grupo, sin embargo, te ofrecía una copia grabada si les comprabas una camiseta por 8 EUR. Yo recuerdo otra de sus paisanos Lucksmiths (a los que telonearon) en el Nasti. El cantante estaba en el puesto explicándome los contenidos de los discos que vendían cinco minutos antes de empezar el concierto. Pura actitud indie: hacer lo que te gusta aunque el mercado y las tendencias te den la espalda. Yo siempre estaré con estos grupos.
Toda esta disgresión viene a cuento de que el 4 de Julio tocan the zebras en el Nasti. Un grupo menor pero con canciones pop bonitas y adictivas, fruto del buen gusto y unos deberes bien hechos de pequeños (go-betweens, smiths, belle and Sebastián). Si eres de los que cuando oyes a teenage fan club en un bar, te entran ganas de abrazar al de al lado y cantar la canción a gritos o si piensas que con Grant Mclennan (go-betweens) se fue una parte importante de la magia en el pop, deberías darle una oportunidad a estos muchachos y darte un baño de melodías redondas.
http://www.myspace.com/ilikezebras
sábado, 17 de mayo de 2008
Mirada en el suelo, corazón en las estrellas III: Film school – Two kind
El papel de los grupos menores en la biografía de un melómano está totalmente infravalorado. Hay infinidad de bandas que sin hacer discos visionarios, rupturistas, influyentes o ni siquiera redondos, sí son capaces de sacar un puñado de temas que son capaces de habitar en tu cabeza durante una temporada y cuya reescucha siempre es agradecida. Obviamente, dado el estado actual del pop-rock, hoy en día son mayoría.
Film school son americanos y llevan tres discos dándole vueltas a su pasión por el shoegaze: a veces más vigoroso y vertiginoso (como Swervedriver, Ride o The appleseed cast) u otras más calmados y ensoñadores. Ni inventan, ni revolucionan nada; ni siquiera son los alumnos más aventajados del género, pero siempre encuentras alguna razón para cogerles apego.
Su último hideout se escucha bastante bien y, de vez en cuando, entre tanto pedal de distorsión y bajo curativo (Simon Gallup), te encuentras alguna gema pop como esta pequeña maravilla llamada Two kinds. The killers habrían matado por un tema así, aunque sería una lástima que algo tan emocionante se iluminase con móviles en la grada. Bloc party lo lograron en sus inicios. Una melodía que sube muy arriba, ayudada por esos efectos en las guitarras que evitan que tu mente se acerque a la superficie.
http://www.myspace.com/filmschool
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